Alrededor del 95% de las viviendas españolas, unos 15 millones de edificios, no se han construido atendiendo a los efectos del cambio climático por ser anteriores al 2007
Fuente: www.epe.es
Olas de calor, lluvias torrenciales y periodos largos de sequía. Cada vez son más habituales estos fenómenos meteorológicos, y sin embargo, nuestros hogares no están preparadas para afrontarlos. Aproximadamente el 95% de las viviendas españolas, unos 15 millones de edificios, se construyeron hace más de 40 años. Es decir, no cumplen con los criterios mínimos de eficiencia energética aprobados en 2007. Pero todavía estamos a tiempo. La solución esgrimida por los expertos pasa por rehabilitar de forma masiva los edificios, unas obras que hasta ahora han sido denostadas por quienes apuestas por la construcción nueva. Según sus cálculos, y teniendo en cuenta la gran cantidad de viviendas expuestas a las altas temperaturas y los temporales, España deberá invertir alrededor de los 25.000 millones de euros para adaptar el actual parque de viviendas a los criterios de sostenibilidad recomendados por los organismos internacionales que ayuden a mitigar los efectos del cambio climático. Y para conseguirlo, deberá acometer la rehabilitación de 350.000 viviendas anualmente.
A diferencia de otros países europeos, como Francia o Alemania, donde el parque edificado se rehabilita a un ritmo del 1,5% y 2% anual, “en España apenas ha existido una cultura de la conservación y el mantenimiento de viviendas y edificios”, lamenta Marta Vall-llossera, presidenta del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE). En 2019, un año antes del inicio de la pandemia, se rehabilitaron 25.554 viviendas, según las estadísticas de los Colegios de Arquitectos. A raíz del confinamiento aumentó la sensibilidad hacia la importancia de mejorar la calidad de los edificios y se aprobaron ayudas impulsadas dento del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno con cargo a los fondos europeos Next Generation. Como consecuencia, en 2022 se visaron para rehabilitación 34.525 viviendas, un 35% más que en 2019. Son buenas noticias pero el sector, pero todavía insuficientes para cumplir con el objetivo de duplicar la tasa de rehabilitación en Europa en 2023 incluido en la estrategia europea ‘Renovation Wave’ para hacer frente al clima extremo. En el caso español, la tasa anual se elevaría al 3%.
Y es que la alternativa, construir desde cero, resulta más costoso. “Una obra nueva estaría en 1.000 euros por metro cuadrado, pero rehabilitar integralmente está muy por debajo”, explica Fernando Landecho, vocal de la junta de gobierno del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), “de media, un piso sería 15.000 euros”. La rehabilitación también permite descarbonizar el sector. “La construcción requiere la extracción de una gran cantidad de recursos naturales, procesos industriales y transporte que son responsables del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global“, apunta Susana Saiz, directora de servicios de Clima y Sostenibilidad de la consultora Arup en Europa. De ese 40% de emisiones, la mitad se debe a la calefacción y el 10% a fabricación de materiales. “Esto implica que se estén dedicando grandes inversiones por parte del ecosistema de fabricación de materiales de construcción (fundamentalmente del hormigón) para que permitan reducir las emisiones y a su vez estar preparados para un reciclaje posterior eficiente”, afirma Fernando González Cuervo, socio repsonsable del sector Construcción e Infraestructuras de EY.
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